Balenyà-Tona-Seva
Tona
Con un término municipal de 16,47 km2, y una altitud mediana de 598 m sobre el nivel del mar, forma parte de la plana de Vic en la comarca de Osona. Está situada sólo a 10 km de Vic, pero con una gran cantidad de vías de comunicación.
Hay diversas hipótesis sobre el nombre de Tona, y la más extendida es que en la parte del castillo (lugar dónde se encontraba el poblado original) había escavado un depósito de agua en la roca que parece venir de la época íbera. En latín le llamaban tunna, que pudo evolucionar a tonda y pasando por tonna se llegó al nombre actual de la población (de todas maneras no se tiene por muy verosímil esta teoría).
Con relación a su historia se puede decir que ha sido densa, siendo las primeras huellas encontradas procedentes del Neolítico. En el llamado Camp de les Lloses se han descubierto restos de un poblado ibérico de los siglos VIII a II antes de Cristo. También parecer tener orígen ibérico el asentamiento que se hizo en la cima del cerro que domina la población, alrededor de la iglesia de Sant Andreu (documentada desde el año 889) y del llamado Castillo de Tona (una torre cuadrada de la que se desconoce su finalidad). Posteriormente surgió otro núcleo de población alrededor de la iglesia de Santa María del Barri (conocida desde el año 1011), al pie de la montaña original, quedando abandolado el asentamiento original. A lo largo de los siglos se desarrolló un nuevo núcleo de población ya en la llanura que se consolidó definitivamente a principios del siglo XIX con la construcción de la nueva iglesia parroquial.
Ya acabando el siglo XIX, el descubrimiento de aguas sulfurosas provocó la aparición de balnearios y segundas residencias que convirtieron a Tona en lugar de veraneo de la burguesía catalana. Llegó a tener tres balnearios: Roqueta, Ullastres y Codina, de los cuales subsiste el último, que se encuentra en la salida de Tona con destino a Collsuspina.
Seva
El término de Seva tiene una extensión de 31 km2 y una altitud media de 660 metros. Está cofigurado por los sectores Casco antiguo, el Aguilar y Sant Miquel de Balenyà, el cual se anexionó definitivamente en 1996.
Durante el periodo medieval y hasta el siglo XIX, los términos de Seva y el Brull (a excepción de la Castaña) formaban el territorio Sevedano (de Selva). A finales del siglo X los vizcondes de Osona construyeron un castillo llamado del Brull, y por lo tanto el término pasó a denominarse así. Es entonces cuando el nombre de Seva hace referencia sólo a la iglesia de Santa Maria de Seva, que tomó el nombre de una villa rural llamada así. La primitiva capilla de Santa María ya existía en el año 953. Entre 1048 y 1089 se construyó una nueva, los restos de la cual han llegado a nuestros días. El elemento más característico de Santa Maria de Seva es su esbelta torre del campanario que data del siglo XII, de más de 25 metros de altura.
En el año 1265 el vizconde de Osona vende el castillo y el término del Brull al obispo de Vic. A partir de ese momento se emprende la fortificación de la sagrera de la iglesia. A principios del siglo XVII el nucleo antiguo ya estaba saturado, por lo que se abren los barrios de Pedret y de Bonaire, y alrededor de los siglos XVIII y XIX, los barrios de Serradet y Serreta.
Se han conservado muchos elementos góticos y románo-góticos en mchas casas del casco antiguo. En el enclave de Seva, centrado por el mas del Montayà (año 1045) están las ermitas de Sant Mamet, del siglo XVII, y un poco más lejos de estas sobre un turó se encuentra el castillo o casal de Esparraguera, de orígen románico.
Balenyà
Balenyà es un municipio de Osona de 17 km2 dividido en dos núcleos, el principal llamado els Hostalets de Balenyà es dónde se encuentra el Ayuntamiento, y Balenyà, poblado que se encontraba junto a la estación de tren. Desde el año 1981 a 1993 se cambió el nombre por el de Hostalets de Balenyà, volviendo de nuevo a Balenyà. Esto ha crea en el forastero una confusión creyendo que los dos núcleos son independientes uno de otro, y sobre todo porque hay dos estaciones de tren con ese nombre.
El primer dato que se tiene del nombre de Balenyà es del año 955, cuando la forma "in villa que vocant Balagnano" va cambiando hasta llamarse Baleniano en la época medieval.
Se han encontrado evidencias de ocupación humana durante el Neolítico, como el Dolmen de la Griueta o la Caixa del Moro (1928), o huesos y restos cerámicos encontrados en la urbanización Puigsagordi en 1958.
Los comienzos del municipio se encuentran alrededor del Santuario de la Mare de Déu de la Ajuda y las diversas casas pairales dispersas. Pero cuando se puede hablar como Hostalets de Balenyà como tal es alrededor de 1553 (primer año en el que se cita), cuando dos hostales para carreteros y viajeros situados en el camí Ral, al final de una larga pendiente en el camino, llamada primeramente Pujada de Pujolric y posteriormente de Sant Antoni, daba el cansancio suficiente como para pararse en la fonda a reposar. Alrededor de estas fondas se formó un pequeño núcleo de población con herreros y carpinteros que fue haciéndose importante con los años ya que también estaba en una encrucijada de caminos, el Real y el de la Cerdanya. A medio camino entre Seva y Centelles tiene fama por sus embutidos. En 1879 se erigió la Capella de Sant Josep, que posteriormente se convirtió en la parroquia de Sant Fructuós de Balenyà. De ahí a nuestros días ha ido evolucionando.
Volviendo a los nombres tenemos que retomar la historia en el siglo pasado para decir que por imperativo legal, el nucle de población que actualmente se llama Sant Miquel de Balenyà, nació alrededor de la estación que entonces se llamaba Balenyà-Tona-Seva-Taradell, que fue construida en 1874 e inaugurada en 1875. Cuando se construyó el apeadero de Taradell-Montrodón, la estación quitó Taradell de su título.
Sobre 1964, a partir de necesidades de trabajadores de la zona para tener vivienda a un precio asequible, se formó una cooperativa de viviendas que fue la responsible del crecimiento más grande que ha tenido el pueblo hasta la actualidad.
El resultado de todo esto es un pueblo que se llamaba Balenyà que pertenecía a cuatro municipios: Els Hostalets de Balenyà, Malla, Seva I el Brull. El hecho de estar partido en cuatro municipios llevaba una gran cantidad de problemas a la hora de poder hacer cosas en el pueblo, y se daban casos de gente que se moría en una habitación u otra de la casa, y tenían que hacer los trámites en uno u otro Ayuntamiento.
El 1991 el nombre del pueblo lo cambiaron por Sant Miquel de Balenyà, ya que el de Balenyà era el que pertenecía al municipio de Hostalets de Balenyà. Entre 1991 y 1993 se preparó la segregació total de la población, pero debido a un cambio brusco de política municipal, quedó integrado en el municipio de Seva, a quienes no les interesó dar una resolución total del conflicto, quedando el tema dormido.
Los habitantes de Sant Miquel de Balenyà y todos los de los pueblos vecinos le han seguido llamando Balenyà o Balenyà estación, que son los nombres por los que se le conoció desde el principio.
La Estación de Balenyà-Tona-Seva
Línea | 222 ADIF | |
Km | 58,181 | |
Altitud | 581,54 m | |
nº estación | 77107 |
La estación de Balenyà-Tona-Seva fue fruto de una casualidad, ya que el trazado principal debía pasar por Tona. Como el principio de la línea era el del transporte de carbón desde las minas de Ogassa, alrededor de 1840 (incluso antes de ver la luz la línea de Mataró) ya se empezó a estudiar la viabilidad de la obra.
En el año 1874 se construyó esta estación, e inaugurada el 8 de julio de 1875 con dos años de demora sobre la propuesta inicial, debido a las guerras carlistas. Como ya se ha explicado con anterioridad hasta que se hizo el apeadero de Taradell-Montrodón, la estación también llevaba el nombre por estar equidistante entre los pueblos citados.
El enclave de la estación y la fecha de inauguración tienen que ver con el descubrimiento de las fuentes minero-medicinales, y posterior construcción de los balnearios.
Con el tiempo, también se construyeron tres enormes silos frente a la estación para la carga y almacenaje de grano destinado a la fabricación de piensos (año 1973). Estos silos fueron muy polémicos porque rompían totalmente la estética del paisaje, y porque al excavar los cimientos hallaron un enorme caudal de agua que dificultaba constantemente el proceso de edificación. Una de las vías de la estación (la más exterior) está destinada en exclusiva a la descarga del grano para abastecer los silos.
Tras muchos problemas en el funcionamiento de la línea, en 1993 la estación cerró sus puertas al público, y lo peor, durante un tiempo se rumoreó la posibilidad del cierre total de la línea por deficitaria.
En 1994 y por iniciativa privada, se reinaugura la estación de Balenyà-Tona-Seva, pero en esta ocasión se ofrece pompletamentariamente el servicio de bar-restaurante. Este tipo de simbiosis (denominada explotación integral) es la que actualmente se está imponiendo en la mayoría de las estaciones pequeñas de las líneas de ADIF, unas veces en consorcio con emprededores totalmente privados, otras con Ayuntamientos.
En la actualidad Balenyà-Tona-Seva es una de las pocas estaciones en las que está programado el cruce de trenes dependiendo de la posición de los mismos. Como desde Granollers no se realiza tráfico de mercancías, todo el tráfico que se genera en la línea es de cercanías (C-3) o media distancia (R-3, utilizando trenes de cercanías).
Ubicación