Situado en el Valle del Ribes, en la comarca del Ripollés, el municipio de Toses ocupa el alto valle y cabeceras del rio Rigard que discurre de este a oeste, desde el Pla de Rus, el Pla d'Anyella, la Collada de Toses y las Colladetes hasta Ribas de Freser, creando paiseajes de contraste entre la sombra y el sol, caracterizado por extensas llanuras de suaves contornos de alrededor de 2000 metros y pronunciadas pendientes en las vertientes más bajas.

El valle del rio Rigard supera un desnivel de 1.600 metros generando una inmensa variedad de espacios, dominados por la alta montaña mediterránea húmeda, que se caracteriza por una gran insolación y muchas lluvias.

El municipio de Toses, que hasta 1968 también incluía el pueblo de Planés (actualmente parte del municipio de Planoles), está formado por los pueblos de Toses, Nevà, Fornells y Dòrria, el barrio de Espinosa y una gran cantidad de masías dispersas, como El Pelòs, Cal Baldric de Dalt, Cogumells, La Polella, El Porxo y Cal Morer.

El valle ha permanecido aislado históricamente, ayudando a conservar los valores principales del territorio con una acusada identidad. Han llegado hasta nosotros unas iglesias románicas inalteradas que conservan pinturas románicas originales.

Pero también ha hecho que estuviera muy despoblado, con solo 160 habitantes en 2009, para sus 58 km².

No es hasta la llegada de las comunicaciones que comenzó a cambiar su fisonomía, pero no su identidad. Ahora proliferan casas de veraneo reconstruídas con su original arquitectura.

La estación de Toses

Antiguamente la estación se llamaba San Cristóbal de Tosas, aludiendo al antiguo nombre del pueblo que tiene su iglesia dedicada a San Cristóbal. En el transpirenaico era una estación, con sus vías de estacionamiento y con un andén de carga con su respectivo edificio anexo a la estación.

Las cabeceras de la estación eran curvas algo cerradas para albergar los desvíos de la estación. Todas las estaciones tenían sus servicios propios para tracción eléctrica. Pero al desaparecer el transporte de mercancías ha desaparecido el motivo de las vías de estacionamiento en las estaciones.

En la actualidad todo esto ha desaparecido para dar cabida a un apeadero moderno formado por dos piezas de hormigón y se ha enajenado el edificio de la estación, en manos de un restaurador, y el de mercancías, que lo tiene el Ayuntamiento.

La vía se ha renovado, pero para evitar las curvas cerradas se han quitado los desvíos y se ha alejado el apeadero del antiguo edificio de la estación, formando una curva más agradeable al paso de los trenes, pero se ha despojado de su encanto a un entorno ferroviario del que sólo queda una gran explanada.